... Los alumnos, perros de todas las razas, colores y tamaños, aprenden a no
ser perros. Cuando ladran, la profesora los castiga apretándoles el hocico con el
puño y pegando un doloroso tirón al collar de pinchos de acero. Cuando callan, la
profesora les recompensa el silencio con golosinas. Así se enseña el olvido de
ladrar ... "
Eduardo Galeano.La posmodernidad es una etapa socio histórica en la que se destacan, entre otras
cuestiones, la competencia salvaje, el individualismo egocéntrico, el reinado de
las apariencias, la obsesión por el consumo, la cada vez mayor desigual
distribución de las riquezas, una fuerte exclusión laboral, un aumento alarmante
de enfermedades infecciosas para las que hace décadas existe cura, y un
incremento dramático de diferentes patologías sociales tales como depresiones
crónicas, abuso de alcohol y drogas y suicidios. En este contexto, la vida
educativa se ha transformado en un laberinto por el que se hace difícil transitar.
Por este motivo es que, tal vez, en muchas ocasiones, la escuela lejos de “ poner
en crisis ” las visiones de la cultura dominante, las reproduce operando en forma
homogénea, triturando e invisibilizando las diferencias de sentido y la diversidad
de prácticas, instituyendo, de manera totalizadora, no solo lo que debe ser, sino
también, lo que es.
Frente a estas problemáticas, todos aquellos que transitan por una institución
educativa, deberían estar comprometidos en la construcción y producción de
nuevos significados sociales que favorezcan el dialogo, la libertad de expresión y
la pluralidad de sentidos.